La balada de Eleanora Aguirre


Esta es la historia de Eleanora Aguirre.
Eleanora Aguirre no eligió nacer en México. No pidió ser llevada a un internado de monjas. No decidió su nombre, su lugar en el tiempo, su diseño genético. No sabía que a su alrededor el tiempo había entrado en un vórtice cuya velocidad iba en aumento y  se multiplicaban en todas partes (como en una metástasis planetaria) guerras, grupos revolucionarios, cárceles para disidentes, nuevas formas morales. Y la música. Otra música como nunca antes había escuchado en su México natal.
En cierto momento Eleanora decide. Por primera vez. Y ahí arranca su historia.
No todo lo que tiene nombre de humano accede a ese nivel. Por eso solo unos pocos engendran historias dignas de ser contadas.
Esta es una de ellas.







México, 1970


U.S.A. 1970



CALIFORNIA
Eleanora Aguirre se confiesa así, a punto de concluir su historia: No necesito nada. Quiero estar aquí un tiempo, conocer gente, vivir esto que está pasando aquí, luego ya veremos. Casi todas sus intenciones se hallan condensadas en esa frase. Bueno, falta un detalle: Y conocer a Janis. En los primeros compases de la novela le ha dicho a una amiga: Mira: Monterrey. Si en Monterrey hay gente como esa Janis, no sé qué chingados hago yo en este internado. Aquí no vamos a ver nada del mundo. A una hippie que conocerá más tarde le espeta: Todo eso es una forma de huir. ¿De qué huyen ustedes?Esta novela es la narración de un viaje.
Corren los años 70 y México es ancho y ajeno a los ojos de Eleanora Aguirre. Pero no es temible. O no lo suficiente como para agarrotar sus pies. En el camino hay gente diversa y hay ciudades y hay música, en todas partes música: corridos y rock, y rancheras y rhythm & blues. ¿Alguien dijo Joplin? Sí, Joplin también está en el horizonte. La brújula de Eleanora Aguirre se obceca en marcar la dirección hacia Janis Joplin. Eleanora es una muchacha y es una metáfora. Habla de los descreídos, de los que dudan, de los que deciden irse. Es una apología del flâneur. Del inadaptado también, que acaso sean una sola y la misma cosa. En el aire suena Vietnam, y Tlatelolco, y cantan hippies, y otros preparan la revolución. Pero lo que fascina es el camino.
Esta novela es la narración de un viaje. 
(Texto de la contraportada del libro)


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